La ciudad de Écija, ubicada entre la campiña sevillana y cordobesa, fue fundada como colonia romana con el nombre de Astigi en el 14 A.C por Octavio Augusto, primer emperador de Roma. Aunque hubo asentamientos desde tiempo atrás, el núcleo urbano se oficializó en época romana. Astigi ostentó el rango de colonia siendo denominada como “Colonia Augusta Firma Astigi” siendo la capital del conventus Astigitanus (una de las cuatro circuncisiones que componían la Bética Romana).
En la ciudad se construyeron grandes emplazamientos para la vida pública, pero hay que destacar el gran Foro en el cual convivían las mejores personalidades de la Bética, ya que era el centro económico-comercial-religioso de la ciudad. He aquí la importancia de Astigi en el Imperio Romano. Para los ciudadanos romanos la actividad económica principal era la agricultura y el término donde se asienta Astigi era muy rico en cultivos tradicionales.
El cultivo más predominante fue el olivo y gracias al paso que realiza el gran afluente que es el Río Genil por este término, se construyen numerosas alfarerías en las que se almacenaban millones de ánforas horneadas las cuales eran depositadas en barcos que navegaban hasta su desembocadura al río Guadalquivir y de este hacía los confines del imperio. De esta navegación sabemos con seguridad que el origen del Aceite de Oliva era de Écija, ya que numerosas investigaciones nos han proporcionado que en la llanura artificial situada en Roma y denominada “Monte Testaccio”, está formada principalmente por vasijas y ánforas con el sello de propiedad y de exportación de la campiña astigitana.
Diferentes excavaciones por todo el mundo romano nos certifican lo importante que era el “oro líquido” para la vida cotidiana y, además, nos hace saber que supieron valorar la calidad del Aceite de Oliva emanado de esta parte de la Bética. Desde esta época, el Aceite de Oliva se ha convertido en una de las bases de la economía de Écija, la cual empezó a comercializarse y a expandirse por todo el mundo en época romana y por ello debemos estar agradecidos a nuestros antepasados por haber apreciado la calidad de nuestro fruto y sobre todo por hacer de Écija uno de los puntos más importantes en la producción de Aceite de Oliva que sigue vigente en la actualidad.
Miguel Martín Macías